El proceso básico de una medición de la distribución de tamaños es siempre el mismo: En primer lugar, se lleva a cabo una denominada medición de fondo, durante la cual se registran las señales de todos los elementos detectores sin que se introduzca material de muestra. Esto permite registrar la suciedad de la célula de medición, por ejemplo, para calcularla posteriormente.

Después, el programa informático pide al usuario que introduzca material de muestra en la unidad de dispersión. Durante este proceso el sistema proporciona continuamente información mediante la llamada absorción de rayos si se ha alcanzado la cantidad de muestra requerida o si todavía hay que añadir más material. Una vez que se ha alcanzado la cantidad adecuada, la adquisición de datos de medición real tiene lugar automáticamente con el subsiguiente cálculo de la distribución del tamaño de las partículas. Después, tras un tiempo libremente programable, el proceso de adquisición de datos de medición con el posterior cálculo de los resultados puede repetirse varias veces en un bucle. De este modo, la reproducibilidad de la medición puede ser fácilmente comprobada.
Después, el sistema de muestras se vacía automáticamente y el sistema se llena con líquido fresco.