La función de autocorrelación describe la velocidad con que cambia la señal de medición en la dispersión de luz dinámica.

Para ello, solo se tiene que comparar la intensidad de la luz dispersa medida por el detector en un momento determinado y la intensidad medida poco después. Si la intensidad ha cambiado poco, significa que hay un nivel alto de autocorrelación, mientras que un cambio grande en la intensidad indica poca correlación. Después, las comparaciones no se realizan solo con pequeños desfases de tiempo, sino también para varios intervalos de tiempo cada vez más grandes. Si todo este proceso se repite de manera continuada, se obtiene la función de autocorrelación, que, por medio de los procesos matemáticos adecuados, permite determinar el coeficiente de difusión y, en consecuencia, el tamaño de las partículas.